Un viaje y unos éclaires



Pues ya está todo pasado. Ya se han acabado las vacaciones tan esperadas desde hacía más de dos años y tengo como una especie de sensación como de “vacío” difícil de explicar. Supongo que es para dejar a mi hermana en un país como Vietnam, a pesar de que ella está más feliz que una perdiz!
No os miento si os digo que he estado todo el viaje pensante en este post, para explicaros todo el que he visto y que he hecho pero después pensé que si alguien quiere saber algo de Vietnam lo puede leer en cualquier de las millones de páginas o blogs que circulan por internet. El mío sería uno más y seguramente menos detallado, entre otras cosas porque me cuesta recordar nombres y lugares. Así que os ruego que no os enfadéis porque no os explique en detalle los lugares visitados durante el viaje.
 En lugar de explicaros que Hoi An es un pueblecito magnífico, con un puente de tradición milenaria, os diré de él que recuerdo sus fanalitos, su luz nocturna llena de romanticismo y nostalgia.
 Más que explicaros la extensión e historia de la isla de Phu Quoc, os explicaré que fue uno de los días más maravillosos de mi vida . Fue mi día Aspirina del año, que me curó de todo el estrés acumulado. Os contaré que la felicidad es estar estirada en una playa desértica acompañada de mi hermana, mi pareja y mi mejor amiga con una cerveza en la mano, después de hacer 200 km en moto entre una vegetación impresionante. Silencio salvaje 
sólo roto por el ruido de la moto.

 
En lugar de profundizar con toda la inmensidad e historia de Angkor Wat os diré que es una de las maravillas más preciosas que nunca he visto. Os explico que vimos un mono ( una cuántos, ya te lo dicen)y tuve la oportunidad de hacerme una fotografía con él. El porque no lo conseguí tiene dos versiones. La mía: me pongo con mi mejor cara junto al mono esperando a que Ferran echara la foto. Me doy cuenta que Ferran llama al mono cómo para que mire a cámara y claro, si para hacer una foto de este tipo sueles disponer de 3 segundos y gastas dos de estos intentando que un animal salvaje mire a cámara, sólo te queda uno para hacer esta foto.
Versión de Ferran y la amiga: el mono pasó de mí. Sois libres de creer lo que queráis pero ya sabéis que yo nunca os miento.
 Os podría hablar de la ciudad Siem Reim(Camboya) pero en lugar de esto recuerdo con nostalgia sus paseos en bicicleta, siguiendo el río y cruzando arrozales de un color verde deslumbrante, de una intensidad que nunca había visto hasta ahora.
  Os podría hablar de la comida Vietnamita pero me ha quedado el recuerdo del delicioso café que tienen, más dulce, más suave, como avainillado que es una delicia, en la terraza de un café a las alturas de Ho Chi Minh.
 Podría explicaros los extensos mercados vietnamitas y camboyanos, del bullicio de la gente, de los olores buenos y no tanto buenos, de alimentos desconocidos, de especies deliciosas. Pero en cambio recuerdo cuando mi amiga iba buscando por el mercado alguna pulsera (dice que ahora le ha dado por estos enseres decorativos) que quería que sobre todo fuera del país, o con alguna connotación camboyana. En esto que ve una grabada con unos elefantes y en esto que la dependienta le dice : son elefantes camboyanos, hechos aquí.
Mi amiga ve al lado una pulsera con unas tortugas y le pregunta a la chica “y esto que son?” esperando alguna respuesta sobre su procedencia camboyana. “Pues unas tortugas” le contesta la dependienta con un poco de sorna pensando que mi amiga no sabía que eran unas tortugas. La cara de la dependienta era todo un poema ante la preguntita de mi amiga.

Podría hablaros de como son los habitantes de Vietnam, su gente, su cultura, su carácter, su religión. Pero en lugar de esto os hablo de la familia vietnamita de mi hermana, estas dos compañeras de piso de procedencias muy diferentes que son ahora su familia. Son las que están con ella el día a día, son las que la ayudan cuando tiene algún problema, son con las que ríe o llora, son las que la llaman para preguntarle si vendrá a cenar. Son su familia y por lo tanto, también la mía.

Y hoy no me libro de receta que ya llevo demasiado tiempo! Quería preparar algo especial, con alguna especie vietnamita diferente o alguna fruta típica de allá. Pero la cosa se complicaba, tenía el tiempo justito y no podía pararme demasiado a buscar. Un día, paseando por la ciudad vi una bakery “toutes las jours”, con todo de repostería francesa. Claro! La colonia francesa dejó muchísimas cosas allí, entre otros un pan buenísimo. Pues ya lo tengo. Os haré una receta de orígen francés: unos eclaires.
Lo he extraído de un libro de rebostería francés que me regaló Ferran estas Navidades que es casi como un tesoro:Sucré de Ladurée.
Encontraréis muchas recetas de eclaires por la red. Esta es una de las más elaboradas pero como siempre os digo, vale la pena perder un poco de tiempo y tener un buen resultado. La diferencia está en que esta aparte de hacer la pasta choux, también hacemos una masa crujiente superior. Este última es dulce y le da un toque único a los eclairs. Si no la hacéis no pasa nada pero seguro que no triunfaréis tanto!

ÉCLAIRES
Receta extraída de Sucré de Ladurée.
Tenemos que distinguir tres pasos: la masa crujiente, la pasta de choux y la quema pastelera.

MASA CRUJIENTE:
Ingredientes:
100 gr de mantequilla muy fría
125 gr de harina de repostería
125 de azúcar normal
Unas gotitas de extracto de vainilla
En un bol grande ponemos la harina, el azúcar, el extracto y la mantequilla fría cortada a cubos. Batimos hasta que quede una masa homogénea. Los primeros momentos parecerá que nunca se pueda convertir en masa pero vosotros seguid batiendo hasta que al final quede una masa uniforme. 

Antes

Después
 Lo dejáis reposar a la nevera durante una hora.
(mientras podemos hacer la crema pastelera)
Pasada ésta amasamos la masa entre dos láminas de papel de horno y lo estiramos intentando conseguir un grueso de 1 mm aproximadamente. Volvemos a dejar en la nevera durante una hora más.

 Sacamos de la nevera y retiramos el papel de horno de encima. Cortamos tiras de 12 cm de largo y 2 cm de anchos aproximadamente y dejamos reposar en la nevera hasta que las tengamos que utilizar.

CREMA PASTELERA:
En el blog veréis que ya he hecho recetas de crema pastelera. Aquí pero, me pareció genial la receta de este libro así que lo he querido probar. Queda una crema ligera, gustosísima y no excesivamente dulce. Os lo explico.
Ingredientes:
400 ml de leche entera
1 vaina de vainilla
4 yemas de huevo
80 gr de azúcar normal
30 gr de maizena
25 gr de mantequilla
Ponemos la leche, las entonces de la vainilla (cortamos la vaina y con la punta de un cuchillo extraemos las semillas) y la vaina en un cazo y llevamos a ebullición. 

 Una vez llegue apartamos del fuego y dejamos reposar durante unos 15 minutos. Recordamos tapar el cazo si no queremos que la leche se evapore y nos quede después una crema demasiado espesa.
En otro bol, batimos las yemas de huevo y el azúcar hasta que la mezcla quede blanquinosa y uniforme. En este momento lo añadimos la maizena y batimos, asegurándonos que queda muy integrado.
 

Retiramos la vaina de la leche y volvemos a llevar a ebullición. Ponemos 1/3 de esta leche en el bol con el azúcar, las yemas y los huevos y batimos. Cuando estén integrados ponemos esta mezcla en el aczo y ponemos a fuego lento, mientras removemos, hasta que llegue a ebullición. Retiramos del fuego y la ponemos en un bol.
 Dejamos enfriar unos 10 minutos y pasados estos añadimos la mantequilla. 
 Removemos hasta que esta se incorpore.Tapamos el bol con papel film para evitar que se haga una costra superior seca.
PASTA CHOUX:
Ingredientes:
120 gr de harina
100 ml de leche entera
100 ml de agua
10 gr de azúcar normal
80 gr de mantequilla
3 huevos
1 pellizco de sal
Tamizamos la harina.
En un cazo ponemos la leche, el agua, el azúcar, la sal y la mantequilla y llevamos a ebullición. Retiramos del fuego y añadimos la harina mientras removemos enérgicamente con una espátula hasta que conseguimos una mezcla homogénea. 


 Volvemos a poner el cazo a fuego lento mientras removemos rápidamente hasta que la pasta libere toda la humedad (aproximadamente un minuto o hasta que vemos que no se engancha a las partes de la cazuela)
Ponemos la masa en un bol grande y dejamos que se enfríe. Incorporamos los huevos, uno a uno sin dejar de remover con la espátula. 


 Cuando la masa sea homogénea, ya está a punto.
MONTAJE ÉCLARES
Una vez tenemos la pasta choux hecho, precalentamos el horno a 180º. Preparamos una bandeja con papel de horno o lo untamos con mantequilla.
Ponemos la masa en una manga pastelera con una boquilla redonda lisa de 10mm. Repartimos la masa por la bandeja haciendo tiras de 12 cm de largo.
 
Encima de cada una de la masa colocamos las tiras de pasta crujiente.


Ponemos al horno. Pasados 8-10 min, cuando vemos que empiezan a hincharse, abrimos unos mm la puerta del horno para que salga el vapor ( podemos colocar una cuchara de madera para aguantar la puerta). Horneamos durante 30 minutos o hasta que estén doraditos. Los sacamos y los enfriamos encima una rejilla.
RELLENO
Una vez tenemos la pasta hecha lo tenemos que rellenar. Para hacerlo cogemos la crema pastelera y la modificamos un poquito.
Cogemos 125 ml de nata líquida fría (la sacamos de la nevera al último momento). También ponemos un bol vacío al congelador para que se enfríe. Ponemos la nata al bol y batimos con varillas hasta que espese. Batimos la crema aparte para deshacer los grumos y la mezclamos con la nata con una espátula. Obtendremos así una quema pastelera ligera!

RELLENADO
Con una boquilla redonda lisa de 8mm o el especial para rellenar (la que vemos a las imágenes) marcamos tres agujeros a la parte inferior de éclair. 
Uno en el centro y los otros dos a los extremos. 



Pensad que las tiras de demasiado crujiente tienen que quedar en la parte superior.
Vamos rellenando a cada uno de los agujeros con una manguera pastelera.
Espolvoreamos con azúcar glass la supefície.


CONVERSATION

4 comentarios:

  1. Que éclaires tan divinos Neus!! Como me apetece tomarme un par de ellos!!

    Un besito,
    Sandra von Cake

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    Respostes
    1. Hola guapi! Mira que si pudiera te mandaba dos super cajas que te las mereces!

      Muaaaaa

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  2. Por no hablar de la plaza de toros que me toco por habitación, de las pequeñas tortillitas francesas para desayunar, de cuando nos perdimos en la playa, del cuarto de baño al aire libre, del dolor de culete que adquirimos, de lo naranja que es el sol alli al atardacer, de las historias que nos inventábamos de la gente, del tuktukero Tiger, de los regateos de Ferran, de cuando nadie nos queria en la excursión al Delta del Mekong, del atasco en el autobus, de la maravillosa barbacoa con tu hermana... Dios, que viaje más alucinante...

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