Dilema moral con unos cupcakes de boniato y piñones



El año pasado un 31 de Octubre, entran por la puerta del negocio unos niños. Van disfrazados de calaveras y con caras macabras pintadas a la cara. Entre todos destacan una niña vestidita de bruja y otro de demonio con unos cuernos que le salen de la cabeza.
- Truco o trato! – gritan todos en volumen y tiempos desiguales.
Sus ojos brillan, escondidos debajo aquellas capas de pintura hallowinesca. Me los miro mientras una pena enorme me invade.
Una mezcla de nostalgia y aflicción se apoderan de mí y casi no puedo reaccionar mientras los observo.
- Que dice que qué? –contesta mi padre atónito, ajeno a las nuevas celebraciones procedentes de los países anglosajones.
Le explico brevemente y sonríe.
Mientras los niños salen por la puerta, también lo hago yo y miro en la plaza. Nada, ni rastro de la castañera, ni rastro de la castañada y todavía siento más añoranza. No me atrevería a preguntar a alguno de los niños si saben el que es la castañada porque posiblemente no lo sabrían. 
En la escuela se lo habrán enseñado, mucho me temo que sí pero seguramente ni lo habrán retenido. Y no los culpo, dada la espectacularidad del halloween.
Mirando en la plaza recuerdo disfrazarme de castañera con toda ilusión del mundo, la misma que la de estos niños disfrazados de ultratumba. Recuerdo vender castañas tostadas y recuerdo a la gente comprar.
Recuerdo que sabía perfectamente que esta antigua tradición es debida de que desde el siglo XVIII, la noche de todos santos se toca a muertos ininterrumpidamente durante toda la madrugada, una tarea en la que participaban familiares, amigos y parientes. Para poder aguantar toda la noche comían frutos secos, o alimentos hechos de ellos y propios del otoño, como las castañas. 
 Los niños se alejan riendo y llamando, cogiendo con fuerza el botín recogido de casa en casa.
Y que se ha hecho de nuestra castañera? Qué se ha hecho de la señora vieja, abrigada y con un pañuelo en la cabeza que vendía castañas?
Que se ha hecho de : “calientes y gordas, quién quiere ahora que humean?” que cantaba la castañera.
Y contestando los niños: “ pequeñas y malas; de las ocho, siete son malas” para enfadarla.
Me preocupa un poco sentir esta nostalgia que interpreto como el paso inevitable del tiempo, el mismo que hace que tenga más arrugas en la cara. Me gusta la mezcla de culturas, este mestizaje que se accentúa con la facilidad que nos dan internet y las redes sociales. Me encanta compartir tradiciones y celebrarlas todas pero sin olvidar las nuestras.
 En mi casa, desde muy pequeña, ha venido el papa noel pero sin descuidar el tió y los Reyes.
La fiesta de Halloween es encantadora, preciosa, y divertida. Tuve la suerte de poder vivirla en Santo Francisco y participar en una procesión que era un auténtico canto a los muertos que me emocionó. Un montón de gente andando, sí, disfrazada, pero con un sentimiento hacia sus familiares desaparecidos, las fotos de los cuales traían colgadas a modo de collar y que bailaban por ellos, con un respeto máximo.
El problema radica cuando se adopta lo que interesa de cada tradición. Igual pena me hacen estos niños celebrando el halloween sin saber absolutamente nada y lo que es peor, olvidando las propias.
A mí también me llamaba mucho la atención hacer cupcakes hallowinescos, o galletas de momia, o pop cakes fantasma pero un gran dilema moral me empezó a invadir y a hacerme sentir patriota o cómo se le quiera llamar. 

 Y al final ha ganado la tradición, la nuestra, la de casa. Porque me encanta, por que no quiero que se pierda y  si alguna vez tengo hijos les explicaré qué es la castañada, la castañera y los vestiré según la tradición.
Y también les explicaré que es el halloween, les haré cupcakes monstruosos y galletas de momia. Porque no hay nada más bonito que el mestizaje cultural pero sin olvidar nuestra historia, nuestra cultura que está más bonita que nunca!
El año que viene quizás ya no tendré dilema cultural y me tiraré a la piscina con unos cupcakes de murciélago! De momento os tendréis que conformar con unos cupcakes de moniato y piñones.
Feliz día de todos santos!

CUPCAKES DE MONIATO Y PIÑONES
INGREDIENTES POR EL BIZCOCHO:
210 gr de harina
2 huevos
145 gr de azúcar moreno
120 gr de mantequilla
8 gr de levadura
1 culleradeta de canela en polvo
½ culleradeta de nuevo moscada
185 ml de leche
15 ml de vainilla

MÉTODO:

Ponemos dos moniatos limpios, sin pelar y envueltos con papel de plata. Los ponemos al horno a 190º durante una hora y media aproximadamente o hasta que al clavarle un cuchillo estén blandos. Cuando estén, los pelamos y los trituramos con la batidora, como si fuera un puré. Apartamos.
Precalentamos el horno a 160º. Preparamos el molde con las cápsulas.
Tamizamos la harina,la levadura, la canela y la nuez moscada y apartamos.
Batimos el azúcar con la mantequilla hasta que quede integrado y coja un color más clarito. Añadimos después los huevos, uno a un batiendo después del adición de cada uno.
Añadimos la mitad de la harina tamizada y batimos. Después añadimos la leche y batimos y finalmente acabamos de poner el resto de la harina.
Cuando esté todo muy integrado añadimos 200 gr de puré de moniato y batimos hasta que todo sea homogéneo.
Llenamos las cápsulas, no más de 2/3 de su capacidad y ponemos al horno unos 25 minutos.

BUTTERCREAM DE MONIATO Y QUESO
INGREDIENTES:
150 gr de mantequilla
400 gr de azúcar glas
150 gr de crema de queso (tipo philadelphia) bien frío
100 gr de puré de moniato muy frío
MÉTODO:
Ponemos la mantequilla y el azúcar al bol de la batidora y batimos durante unos minutos a velocidad baja, hasta que se quede una mezcla homogénea.
Añadimos después la crema de queso muy fría y batimos unos minutos a velocidad baja. Después aumentamos a velocidad media alta durante cinco minutos hasta que coja consistencia.
Finalmente añadimos el puré muy frío y seguimos batiendo 3 minutos a velocidad alta.
MONTAJE:
Aplicamos el buttercream con espátula. Espolvoreamos canela en polvo por encima.
Tostamos los piñones (últimamente me da por tostar todos los frutos secos) y los echamos por encima.

Feliz castañada!

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