Odisea en Ikea y mis cupcakes de avellana



Noto en los pies una estraña sensación de corcho, como dormidos. Bajo la vista al suelo y me los miro para confirmar que realmente todavía los llevo enganchados.
Esta desagradable sensación parece que se vaya extendiendo hacia arriba, imparable. Si no miro diría que tengo millones de bichitos que suben, cual plaga bíblica.
Si sigue así acabará subiendo y subiendo hasta que empiece a ver diminutos puntitos negros en mis ojos, que serán estos horribles bichitos invadiendo mis ojos, mi cerebro y entonces tendré visiones y me volveré loca y...
- Neus, me escuchas? - me dice Ferran con una especie de cinta métrica en la mano.
- Cómo?
 - Pues eso! Que este armario mide 130x150x35 y el hueco que tenemos en casa hace 130x120x35. Sin tener en cuenta que hay una zona en que la columna tiene un saliente de la tuberia del agua, entonces allá hace 110x120x35. Sabes qué rincón digo, verdad? Así que lugar de este armario podemos coger dos módulos separables, uno de 37x43x22 y el otro que al ser más estrecho podrá caber en la zona de la columna. Sólo hay un problema. El módulo para colgar los pantalones que tanto te gusta está hecho para el primer módulo y claro, si lo ponemos, perdemos ya muchas estanterás...no sé Neus...y si pusiéramos...

 Mierda, ya me he perdido. No dejo de notar esta sensación en las piernas que me está matando. De acuerdo, bichitos  no son. Entonces....entonces....se me estan gangrenando las piernas!! Seguro, seguro que es esto. Tantas horas de pie, estática por aquellos pasillos que se estando convirtiendo en pesadilla, han hecho que la sangre se haya quedado allí abajo y no puede subir. 
 Aix, madre, que ya debo de tener las piernas cianóticas. Tendrían que poner carteles por todo Ikea, en cada pasillo e incluso antes de entrar.
“Les comunicamos que andar por nuestro centro puede perjudicar gravemente su circulación, sus pies y en última instancia pueden empeorar un poco su relación de pareja, si es que tienen”.
- Lo ves? Ves como no me escuchas? - veo a Ferran que empieza a estar desesperado entre módulos, modulitos, accesorios y estanterías.
Si fuera un dibujo animado le podríamos  pintar incluso humo saliendo de su cabeza.
- Es que no puedo más...de verdad- le suplico.
- Venga sólo nos queda este armario y ya está.
Todo se nos había acumulado; mudanza apresurada, falta de mobiliario y sobre todo poco tiempo. Así que nos encontramos que teníamos que comprar “casi todo” lo imprescindible en un solo día. Una auténtica locura.
 Cuando ya lo tenemos todo escogido...venga, a cargarlo! Mesas de madera de 1,80 metros de largo fueron las causantes que a la semana siguiente tuviera que pedir hora al fisioterapeuta.
Miro el reloj que marca casi la hora de cerrar. Nos acompañan ocho carros que colapsan la caja, el pasillo, a nosotros y a la pobre cajera.
Finalmente empezamos a pasar y la situación empieza a arreglarse. Sólo nos falta pagar y hacer otra cola eterna para el transporte. Nada comparado con lo que nos quedaba hacía media hora.
Lo que no teniem calculado era el último y peor imprevisto. Saco la tarjeta y voy a pagar.
“DENEGADA”.
- Cómo? A ver lo vuelvo a probar
“DENEGADA”
 Me giro hacia Ferran e intentando mantener la calma todo lo que podía, le pregunto si había revisado la cuenta corriente. De hecho, me extrañaría que no lo hubiera hecho. La chica de la caja era bastante joven y sobre todo, yo diría que bastante inexperta. Al principio su cara delataba más estupefacción que la nuestra y después, una mirada de desconfianza se apoderó de ella. Llama a seguridad que pone todos nuestros carros dentro un cercado.
Pero si no puedo robar nada! No hay nada que pese menos de diez kg! Cómo para marchar corriendo! Y la chica allí de pie, mirándonos de forma....bueno, digamos que mirándonos.
Finalmente acude nuestro ángel de la guarda en forma de encargado que nos informa de que posiblemente tenemos fijado un límite por caso de robo. 
 Llevamos  encerrados en aquel centro unas 6 horas, entre números, referencias y pasillos; hemos arrastrado tablones de madera imposibles, hemos cargado cosas que no teníamos y no hemos cargado las que sí que debíamos haber cargado, arrastrando ocho carros arriba y abajo. Que si me dicen que ahora no lo puedo comprar porque no nos funciona la tarjeta, pues creo que soy capaz de matar a alguien o de sentarme en la cola hasta el día siguiente o yo que sé.
Que yo de aquí no me voy sin los muebles!
Después de diez minutos de caminata, un viaje no fructífero al cajero, una sudada considerable y una llamada en el banco, podíamos  pagar y finalmente llegamos a casa, terriblemente agotados, exhaustos, con un dolor de brazos y de espaldas que va en aumento.
Me llama mi madre para saber cómo ha ido. Le contesto de forma muy escueta y ella continúa.

  - Sabes qué? Que Ikea es la única empresa del mundo en la que el cliente se harta a trabajar y encima paga por hacerlo.
Cuelgo, me siento en el sofá con la mirada perdida al infinito y pienso que tiene toda la razón.
Así que para endulzar este día, que mejor que unos deliciosos, más que deliciosos, espectaculares cupcakes de avellana con avellanas caramelizadas de topping?

 CUPCAKES DE AVELLANA
INGREDIENTES:
½ bolsa de avellanas
210 gr de harina
1 y ½ cucharadita de levadura
120gr de mantequilla
144 gr de azúcar moreno
2 culleradetes de extracto de vainilla
2 huevos
185 ml de leche
MÉTODO:
Precalentamos el horno a 160º. Preparamos el molde con las cápsulas.
En un bol tamizamos la harina con la levadura y apartamos.
Batimos bien el azúcar moreno con la mantequilla hasta que estén totalmente integrados. Ponemos los huevos uno a uno, batiendo bien después de poner cada uno. Con una espátula vais desenganchando lo que quede por las paredes del bol.
Añadimos la mitad de la harina y batimos. Añadimos después la leche y finalmente lo que queda de harina. Batimos hasta se integre.
Llenamos las cápsulas, no más de 2/3 de su capacidad y horneamos unos 25 minutos.
Sacamos y lo dejamos reposar en el molde unos diez minutos. Después los ponemos a enfriar encima de una rejilla.

BUTTERCREAM DE CHOCOLATE

Alma Obregon
INGREDIENTES:
115 gr de mantequilla
425 gr de azúcar glas
85 gr de cacao en polvo sin azúcar
105 ml de leche semidesnatada
MÉTODO:
Tamizamos el azúcar y el cacao al bol de la batidora. añadimos después la mantequilla y la leche y batimos a velocidad baja durante un minuto. Después batimos 5 minutos a velocidad alta.

NOTAS:
el detalle de las avellanas caramelizadas es una idea de Martha Stewart. A mediados de la semana que viene os explicaré como se hace. Estad atentos porque quedan muuuuuy originales!!!!

CONVERSATION

6 comentarios:

  1. me he estresado leyendote,jajaja..me estaba viendo en Ikea..yo me veía además con los dos niños alrededor chillando....en fín..a lo q vamos Pintaza de estos cupcakes..me los apunto
    muchos besos
    Suana de Hueleagalletashuelea

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    1. jajajajaj! Es que puede llegar a ser estresante!

      Me alegro que te gusten los cupcakes!
      Besitos!

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  2. Antes me hago una marathon que ir al Ikea.

    Carol

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  3. Jajajaja, a mí me encanta Ikea y todo ese mundillo que conlleva!!! Pero más aún me gustan tus cupcakes de avellana!!! Que pinta!!!

    Un besito,
    Sandra von Cake

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    1. Jajaja! Si, a mi me encanta pero con calma....es que todo el mismo día....! Pero mañana vuelvo! jajajaa

      Besitos guapa!

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