De aviones y chocopots

-  Water? - me despierta una voz agradable de chica.
- Mmm....yes. Thanks – contesta mi acompañante alargando la “s” mucho más de lo que tocaría, debido a su falta absoluta del dominio del idioma; como yo.
Acurrucada como puedo en el asiento, cubierta parcialmente con la manta, abro los ojos. Sin quererlo me despiertan y miro con mal humor a la azafata que no pierde en ningún momento su talante agradable y excesivamente amable, que creo que me saca me irrita más que que me hayan roto el sueño. 



 Siempre me ha gustado volar, curiosamente. La gente resoplaba cuando lo decía y yo no lo entendía. Acostumbrada a viajar, acostumbrada a 12 horas de vuelo más 4 o 7 o 8 de entre transbordos, veía los vuelos como una fase de recreo. Mi vida cronometrada, dominada casi por las horas de trabajo, intentando encabir los hobbys por donde puedo, exprimiendo las horas de los días y casi de la noche al máximo, volar era una oportunidad para no hacer nada y no tener remordimientos de que podría estar haciéndolo.

 Se había convertido en mi espacio para escribir, para observar la gente, sus comportamientos, para pensar en mí, para mirar mi vida desde otro objetivo, desde la distancia, desde las nubes. Esta vez pero era diferente, algo había cambiado y lo estaba convirtiendo en una auténtica tortura. No creo en los presentimientos ni gafes pero puedo decir que una mala sensación recorrió mi cuerpo cuando nos sentamos. No os asustéis! No me refiero a catástrofes aéreas, sino tampoco estaría escribiendo desde el aeropuerto de Dubai (donde tengo que esperar ocho horas) con la esperanza de sacarme de dentro la mala leche. 

 Nos guiamos al comprar unos asientos de sólo dos personas situados a final del avión, pensando que sería más cómodo que en uno de tres. No sabíamos,  no no nos fijamos que estaban justo junto a los lavabos y de la zona de las azafatas. Aquello estaba más transitado que la rambla en hora punta, azafatas arriba y abajo, y gente y gente y gente....es que no duermen? Deben de ser de vejiga floja, pienso entre mí durante las primeras horas, en tono de sorna.
Cuando la bandeja de plástico para apoyar la cena estaba rota haciendo que todos los alimentos se deslizaran encima de mis piernas, cuando salía un especie de frialdad infernal de la zona de las azafatas, cuando la televisión de Ferran no le funcionaba y finalmente acudió un padre con un niño llorando cómo si se acabara el mundo al lavabo y aquellos llantos-gritos se integraron a mi cerebro....entonces...tiré la toalla y me rendí al cruel destino intentando no pensar donde estarían los lavabos al próximo vuelo. Desde Dubai rezo por que estén al extremo contrario, aunque tenga que hacer una carrera de obstáculos para llegar. 


 Mientras, sentada en un banco del enorme aeropuerto viendo pasar las  horas, pienso y me doy cuenta que hay una cosa que echo mucho de menos. Me doy cuenta que me imagino horneando unos deliciosos cupcakes, sintiendo aquel olorcito que desprenden, untando el dedo en la crema de mantequilla como si fuera una niña y veo el siguiente vuelo de otro color, de color rosa, de color pasteloso. Qué serán unas horas, junto a toda una vida junto a los dulces? Esta vez os traigo la receta de unos chocopots, una receta de la Nigella Lawson. Sólo deciros que Ferran se comió todo un chocopot con el plato de espaghettis preparado en la mesa! No se pudo aguantar.
Nos harán falta cuatro ramekins: son una especie de tarrinetes de cerámica como la que veis en la foto. Si no tenéis podéis utilizar aquellos recipientes del pollo a l' ast pero en pequeño.


CHOCOPOTS
Ingredientes:
125 gr de mantequilla
180 gr de chocolate para fundir
2 huevos
160 gr de azúcar
36 gr de harina
Método:
Precalentamos el horno a 200º. Ponemos mantequilla por la superficie de los ramekins.Deshacemos la mantequilla y el chocolate en un bol al baño maria. Dejamos templar.


 En otro bol batimos los huevos con el azúcar hasta que se quede un color más blanquinós. Añadimos la harina y removemos.Finalmente añadimos el chocolate fundido y que se integre. 


Llenamos los ramekins no más de 2/3 de su capacidad.
Horneamos unos 22 minutos. Tenemos que recordar que se come caliente así que vigilad a la hora de servirlo que nadie se queme al coger el tarro!

NOTAS:
- Si los hacéis para invitados o tenéis que hacer fotos para el blog, lo tenéis que hacer a último momento perque sino el centro que se líquido, solidifica. Ya veis que yo llegué tarde....al principio era bastante líquido.

CONVERSATION

4 comentarios:

  1. Mmmmmmmm, chocodelicioso Neus!!!! Me ha encantado el post y las fotografías son geniales!!!

    Un besito guapa,
    Sandra von Cake

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    Respostes
    1. Gracias guapísima! Os tengo un poco olvidadas......voy muy estresada! Pero te prometo que en unos meses volveré!!! Muaaaaaaaa!

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    2. No te preocupes mujer!!! Te entiendo perfectamente!!!

      Otro besito para tí,
      Sandra von Cake

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