"Cuando las cosas se hacen con el corazon siempre salen bien" by Begonya Ferre


Este verano, como ya viene siendo la tradición estos últimos años, hice una demostración en la Feria de Artesanía de Altafulla.
Como seguidores incondicionales, mis amigos, y entre ellos Montse que llega acalorada con una barrigota que hornea dos gemelos. Llega alterada, preocupada por no encontrar sillas y se sienta en primera fila. Con ella, Claudia, la hija de Marc, una preadolescent que desde ya hace un tiempo, me pide continuamente que le enseñe a hacer cupcakes.
Al momento no me doy cuenta pero después de hablar con ella sé que ha estado muy atenta a mi demostración. Y me vuelve a pedir que le enseñe a hacer cupcakes!
Cada vez que me ve me suplica un taller de cupcakes....Y yo, que no he hecho nunca ningún taller....

 Pienso que no es fácil, pienso que quizás no sé bastante, pienso que no es lo mismo hacer una demostración que enseñar. Sabéis los típicos profesores, cracks en sus materias pero que son negados enseñando?


Y si yo soy de estas? Y si no lo sé hacer?
Además hay un pequeño agravante. Siempre he pensado que enseñar a adultos...tira que te vas... pero a niños? 

  Mira, que nunca me he visto, que nunca he tenido paciencia, me cansan...
Una tarde recibo un watts de mi amiga; era el cumpleaños de Claudia y le querían regalar una clase de cupcakes sorpresa, a ella y a tres amigas. Tres pre-adolescentes, ni más ni menos!
Si lo tengo que hacer lo hago, pero pero...es que me da una pereza ahora estas niñas! Acepté dos watts más tarde encomendándome a alguien, a no sé quién pero a alguien.
El día se acercaba y yo iba planificando tipo de decoraciones, material que me faltaba y que la supermontse me fue a comprar. Y los nervios cada vez eran un poquito más intensos. Sí que Claudia es como de la familia, pero esto no implica que no tenga que hacer un taller con cara y ojos. Por la cabeza me pasaban imágenes de caras de niñas aburridas o con cara de incomprensión o lo que es peor, con ganas de marchar!
Y me daba miedo no controlar las niñas, no controlar la situación y acabar el taller sin nada para llevarse!


 Las 16.30 de la tarde llegan, cuatro niñas en total y sólo verlas ya me quedo más tranquila. Unas niñas muy educadas, extremadamente educadas, que dan las gracias por todo, por enseñarlas, por un vaso de agua incluso. Niñas respetuosas entre ellas, que saben esperar los turnos y compartir el material que tengo.
Me quedo sorprendida de verdad, en primer lugar por su comportamiento y en segundo porque también yo me lo paso muy y muy bien.
La inestimable ayuda de Montse, que no para de limpiar y limpiar utensilios mientras yo estoy ocupada preparando y tiñendo crema de mantequilla. Sin ella, limpiándolo todo, no hubiera sido posible acabar a tiempo y estar tanto por las niñas.


 En fin, que con buenas alumnas y una buena ayudante, puedo afirmar que mi inicio en el mundo de los talleres ha sido gratificante, muy gratificante y divertido, muy divertido.
Espero que a Claudia y a sus amigas les haya gustado el taller; tanto yo como Montse hemos hecho todo lo que hemos podido.
Y a veces, cuando dudo de si algo saldrá bien, talleres o demostraciones no puedo evitar pensar en la frase que una buena amiga mía,  Begonya Ferre, dijo en un emotivo discurso:
"Cuando las cosas se hacen con el corazón, siempre salen bien"

CONVERSATION

2 comentarios:

  1. Me encantas Neus!!! Te atreves con todo!!!!! Soy tu mayor fan!!!!

    Un besito preciosa,
    Sandra von Cake

    ResponElimina
    Respostes
    1. Y tu a mi me encantas!! Tu sí que eres una crack!
      Besitos guapa!

      Elimina

Subir