Minibundt cakes de almendra, naranja y miel




Si algo tienen estos minibundt cakes de almendra, naranja y miel es que quitan el sentido. Si, sí...totalmente!
Yo no pensaba que esta combinación pudiera llegar a ser tan exquisita!! He encontrado la receta por casualidad, en el blog de Hungry Rabbit, y reconozco que al leerla me quedé bastante extrañada... En la receta hay bastante menos harina a la que estamos habituados en este tipo de pasteles, hay pasta de almendra, que yo nunca había utilizado y tenía mis dudas de si esto podría funcionar.
Y mientras ponía la masa en mis moldes, recién estrenados, mientras hacía que no con la cabeza, mi marido me decía:
- No lo sabrás si no lo pruebas. Cuando esté ya me lo dirás.
Él siempre con su lógica aplastante y aquella paciencia que ya la querría yo para mí. Y si, en efecto. Quitan el sentido estos pequeños dulces. Son como caramelos de almendra convertidos en un esponjoso bizcocho.
Y quitan el sentido...si señor..si señor...
Me recuerda a las cosas que alguna vez me han hecho sentir la misma sensación. Recuerdo el primer beso con Ferran, que también me hizo perder el sentido. Lo había visto en alguna ocasión y me había enamorado al instante de sus brazos y por fin, pasados unos meses él también se fijó en mí!
Recuerdo casi perder el sentido de miedo, cuando salté desde un avión desde 4000 metros de altitud. Cuando se abrió la puerta de aquel avión me arrepentí muy muchísimo de estar allí arriba. Cómo había llegado? Sé que todavía ahora no entiendo como un grupo de bomberos me convencieron de tal locura. Pero si lo que quería era escapar, ya era tarde, muy tarde. Ya estaba sentada encima de un chico y ligada a él, de una forma que cualquiera diría que nos conocemos de toda la vida. Pero no, lo acababa de conocer por lo que la desconfianza era máxima en aquellos momentos. 
Recuerdo perder casi los sentidos en el momento del mejor remate que hice durante un partido de voleibol. Con la llegada del nuevo entrenador a mí me cambió la posición que había tenido hasta entonces. Y pasé del miedo y el no sentirme cómoda en la pista, a pensar que era la posición que siempre había deseado. Y entonces allí, en aquel partido tan importante, en aquel punto vital, me armo de confianza. Veo como la pelota va hacia la colocadora que levanta los brazos. Conozco muy bien a Montse y por el gesto, todo indica que pondrá la pelota por tres, mi posición.
Cojo impulso, hago la batida, salto arriba, tiro el brazo hacia atrás, giro el hombro todo lo que puedo y engancho la pelota justo donde lo tengo que hacer. Giro muñeca, impulso hacia abajo y la pelota cae a la pista del equipo contrario, haciendo un punto majestuoso, de aquellos que sabes que es difícil que se vuelvan a repetir. Aquel momento glorioso, aquel rato de celebración abrazada a las compañeras, aquel ruido de la pelota picar contra el suelo con fuerza, aquel pequeño instante de felicidad absoluta que casi te hace perder el sentido.

 

Recuerdo perder casi el sentido de emoción. El día de mi boda, fue un día íntimo, en la playa, con luces vintage, con decoración cálida que coincidía con el azul calmado del mar de aquel día. Al atardecer, cuando ya no se distinguía el mar, preparamos un proyector y emitieron un vídeo en el que llevábamos días trabajando. Un conjunto de fotografías, minutos de la música más preciosa del mundo, en la que foto a foto expliqué la vida de mi hermana a mi lado. Fotos de cuando éramos pequeñas, de nuestros viajes juntas, fotos de nuestras fiestas juntas, de nuestras confidencias, de nuestras esquiadas, de nuestras despedidas y de nuestros ataques de risa juntas.
Y ella se levantó y se dirigió hacia mí. Y yo que me levanté y me dirigí hacia ella con el ramo en la mano. Y nos fundimos en un abrazo precioso de hermanas, que casi me hace perder los sentidos.

 

Recuerdo que casi pierdo los sentidos en segundo de carrera cuando ví mi nota en un panel. Era una asignatura que constaba de tres partes, el examen teórico, el examen práctico y un trabajo. Era difícil de aprobar precisamente por la dificultad que tenía pasar las tres partes, debido en gran parte a la variedad de profesorado que evaluaba. Mi dedo reseguía el listado arriba y abajo buscando mi nombre, cuando de repente veo que éste aparece junto a un M.H. Todavía recuerdo cuando le pregunté a mi amiga que qué quería decir esto, medio taquicàrdica y ya pensando que había hecho algo que había anulado toda la valoración.
Y resulta que aquellas dos letras en mayúscula querían decir, nada más y nada menos que Matrícula de Honor! Aquí no sé si casi pierdo los sentidos de la emoción o casi más del susto que me llevé. Pero el hecho se que casi lo pierdo, y por lo tanto, ya cuenta.
 Pues por todos los que habéis perdido los sentidos alguna vez, y que espero que volváis a perder con este dulce exquisito, unos minibundt cakes.
MINIBUNDT CAKES DE ALMENDRA , NARANJA Y MIEL
Para 6 minibundt
Ingredientes:
85 gr de harina para repostería
1/4 de cucharilla de levadura en polvo
1 poco de sal
4 huevos L, a temperatura ambiente
1 cucharilla de extracto de vainilla
1/4 cucharilla de extracto de almendra
160 gr de azúcar
Piel de una naranja rallada
140 gr de pasta de almendras*
170 gr de mantequilla a temperatura ambiente
3 cucharadas soperas de miel

*En primer lugar explico como se hace la pasta de almendras .No hace falta que la compréis puesto que sólo la venden en lugares muy especializados y es bastante cara.
Ingredientes que hacen falta:
150 gr de almendras crudas (vais al super y veréis que van en paquetes y que son totalmente blancas y sin piel. Normalmente lo pone al etiquetado. Yo las he encontrado en el caprabo y Mercadona)
150 gr de azúcar glacé
1 clara de huevo L
En un procesador ponemos las almendras crudas y las trituramos hasta que quede un polvo bastante fino. Después añadimos dos cucharadas de azúcar glasé y trituramos bien y repetimos la operación hasta que se acabe el azúcar. Finalmente vamos añadiendo la clara de huevo con un chorrito mucho fino y trituramos. Seguidamente añadimos otro chorrito y trituramos más. Vamos añadiendo más hasta que veamos que al procesador ya le cuesta funcionar. Entonces nos quedará una masa que se asemeja mucho al mazapán.

Para los minibundtcakes:
Precalentamos el horno a 160ºC y engrasamos el molde de minibundtcakes.
En un bol mezclamos la harina con la levadura en polvo y apartamos. En otro bol batimos los huevos y los mezclamos con el extracto de vainilla y de almendra y apartamos.
En el  bol de la batidora ponemos el azúcar, la piel de naranja y la pasta de almendra y mezclamos a velocidad baja durante 30 segundos. Después aumentamos la velocidad a media- alta y batimos durante 2 minutos.
Añadimos la mantequilla y la miel y batimos a velocidad media-alta hasta que quede una mezcla suave y homogénea. Bajamos la velocidad y vamos poniendo los huevos poco a poco sin dejar de batir.
Finalmente incorporamos la harina en dos veces y batimos hasta que esté totalmente integrada.

Repartimos la masa entre los moldes sin llenar más de 2/3 tercios de su capacidad.
Horneamos unos 45 minutos o hasta que un palillo salga limpio.
INGREDIENTES PARA EL GLASEADO:
85 gr de azúcar glacé
1 cucharilla de Grand Marnier
1/2 cucharilla de extracto de vainilla
4 cucharillas de zumo de naranja

Ponemos todos los ingredientes en el bol de la batidora y batimos hasta que queden todos integrados.

NOTAS:
-Vigilad con el extracto de almendra, es muy fuerte así que aunque os parezca que hay poquito, es el que toca poner.

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