De médicos equivocados y corazones con retraso

Yo no soy una compañera de viaje típica, le decía a Ferran el otro día, en referencia a la relación de pareja.

Y es verdad, soy un auténtico desastre. La mayor parte de mis amigas o conocidas hacen cosas como llevar crema de manos en el bolso. Siempre llevan cleenex o toallitas. 


Casi siempre las acompaña una botellita de agua e incluso, un protector labial, algún que otro tampax o compresa y una cartera provista de dinero e identificación.

 

Pues yo no, yo no y ya está! Dicen que los hombres no son capaces hacer dos cosas a la vez. Yo soy mujer y sé hacer hasta cuatro, de cosas a la vez! 

Y aparte de hacerlas todas soy capaz de quemar las cortinas de casa, tirar un imán de nevera en el agua hirviendo de los espaguetis y caer de culo con el perro mientras intento sofocar las cortinas.



La cara de Ferran al entrar en casa y ver aquellas COSTOSAS cortinas lo definía todo! Intentaba explicarle o más bien justificarle la acción pero es que aquello no se podía defender de ninguna manera!

No recuerdo fechas señaladas, ni festivos ni nada. Sólo deciros que abrí la consulta en plena fiesta mayor de mi pueblo. Me di cuenta cuando a las 18 horas se me ocurrió mirar a la calle y ver que todo estaba cerrado.


 
Por quien más mal me sabe es por Ferran que tiene que ir detrás sofocando los pequeños incendios que dejo a mi paso. 

No sé cuentos infantiles, no miré barrio sésamo, y no sé refranes, que a menudo modifico según veo. De este modo he llegado a decir cosas cómo : “ Unos cardan la lana y otros tejen la paja”, “es más feo que un perro verde”, “más virgen que las gallinas” .Y así podría decir muchas. 



  
A mí ya me gusta que seas así...- me dice pobrecito. Aix..inocente! No piensa lo mismo después de haber quemado las cortinas.

Hacía un tiempo que Ferran arrastraba un pequeño eccema en la cara. Después de ponerse millones de cremas no le pasaba así que lo convencí para pedirle hora a mi dermatólogo de toda la vida. 



 
Cuando llegamos a la clínica entra por la puerta un señor que se asemejaba mucho a mi médico pero que no lo era. 

Entra acelerado, con pajarita, con pelos que me recuerdan a Einstein y dice:

- Sácate toda la ropa, sólo con calzoncillos. Ahora vuelvo.

 


Y marcha. Yo no entiendo nada. Se parece a mi médico pero no lo es... Miro a Ferran, ante mí, en calzoncillos y con las manos en sus partes como si fuera un jugador a punto de hacer de barrera en una falta, y mirándome con cara de desconcierto.

Entra el médico y entre su discurso bastante atropellado nos dice que no le digamos nada, que de momento hablaba él.
 

Yo en un momento le intento explicar que había pedido hora para mi doctor. Al escuchar esto me dice:

- No, el que dice usted es mi hermano. Yo soy psico- neuro- inmuno-endocrinólogo y dermatólogo.
- Cómo? No yo... ha habido algún error...

- No diga nada, no diga nada. 

Mi cara era todo un poema, no estaba entendiendo nada y Ferran allí de pie, desnudito.


 

Y aquel hombre que se lo empieza a mirar, y la espalda y las cervicales, y la cadera y las uñas.

- Si yo sólo vendía por un pequeño eccema...

- Deje, ahora no hable usted. Déjeme hacer!

Aquella situación fue bastante surrealista. Yo sólo quería que mi dermatólogo le recetara una cremita a Ferran!



- No se preocupe que la cremita la tendrá. No se preocupe que le haré la receta. Pero no es mejor saber por que le sale esto?

Y entonces empecé a entender de que iba! Hasta entonces íbamos muy perdidos pero al decir esto ya me empecé a tranquilizar. 




Mi desconfianza inicial hizo que él me haciera levantar a observar cada anomalía de Ferran que por lo que se ve, debe de estar jodido jodido!

 

En fin, todo bastante razonable, lógico pero dando como tratamiento un tipo de terapia que sólo una pequeña parte de la población podría hacer: quitarse el estrés, meditación, correcta alimentación y natación, clases de higiene postural, fisioterapeuta, nada de ordenadores portátiles.

Lo que más gracia me hizo fue cuando le aconsejó la natación diaria pero con snorkel! Sólo así se consigue una correcta alineación postural, decía. 


No me quiero imaginar a Ferran nadando en la piscina municipal con gafas y tubo! Jajjaaja! Iría por la calle y la gente diría, Mirad, es el de la piscina!

- Yo siempre digo a mis clientes: si no nada, no hace falta que vuelva!
 
Pues vamos apañados!

 

En fin, que ni siquiera fui capaz de pedirle una visita correctamente. 

Así que cariño, por aguantarme, por solventar mi poca previsión que hace que tengas que correr hacia el supermercado a última hora a comprar harina, que me acompañes en todas las tiendas de repostería, que entiendas todas las horas que me paso en la cocina y con el blog, por gustarte que yo no sea típica, por todo esto te regalo unos cupcakes en forma de corazón!

 


Si, ya ha pasado el día de San Valentín, ya lo sé, pero ya sabéis, si lo hago cuando toca, ya no soy yo!

 

PD. Esta semana he estado un poco desaparecida y no he podido agradecer a las nuevas incorporaciones al facebook! Que bien nos lo pasaremos!

P.D. Muchas gracias a los que os habéis hecho seguidores de mi blog! Gracias a vosotros ya somos 123!!!!!!

PD. Me encanta que me comentéis las entradas, me hace feliz! Gracias a todos los que habéis perdido una ratito para hacerlo!A veces tardo un poquito (especialmente esta semana que ha sido complicadita) pero lo contestaré todo!

CUPCAKES CHEESECAKE DE FRESA
 ( receta adaptada de Martha Stewart)
Para 32 cupcakes

INGREDIENTES:
 
½ paquete de galletes Digestive

3 cucharadas grandes de mantequilla, fundida

300 gr y 5 cucharadas grandes de azúcar

170 gr de fresas

900 gr de crema de queso

1 cucharada de extracto de vainilla

4 huevos L, a temperatura ambiente

MÉTODO:
 
Precalentamos el horno a 165º. Preparamos las cápsulas al molde de cupcakes.

Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla fundida y las 3 cucharadas de azúcar. Lo mezclamos bien y vamos llenando una fina capa a cada una de las cápsulas. Ponemos al horno durante 5 minutos. Las sacamos y dejamos enfriar.




 
Trituramos las fresas hasta que quede totalmente líquido. Después lo colamos, separando las pepitas e impurezas. Añadimos las dos cucharadas de azúcar y lo reservamos.



En otro bol añadimos la crema de queso y batimos a velocidad media-alta, hasta que quede una consistencia cremosa. Bajamos a velocidad lenta y añadimos los 300 gr de azúcar y batimos hasta que quede integrado. Añadimos la vainilla y la sal.
Finalmente añadimos los huevos, uno a uno, hasta que estén integrados.

Vamos llenando las cápsulas que ya habíamos preparado. 

 Ponemos una gota del puré de fresas con una cuchara mientras vamos dibujando un corazón. 



Ponemos el molde al baño maria durante unos 22 minutos y dejamos enfriar. Ponemos a la nevera unas 4 horas antes de comer.

NOTAS:
 
Los corazones que veis en la fotografía están hechos siguiendo el mismo proceso, pero en ninguna parte de hacerlo a unas cápsulas de cupcakes, lo he hecho con unos cortadores en forma de corazón.

La crema de queso que he utilizado es la Philadelphia.

En lugar de hacer forma de corazón, podéis echar tres gotas de fresa y con un palillo vais tirando dibujos, dando un aspecto marmolado.

La única dificultad de esta receta, es encontrar algún recipiente suficientemente grande para que podamos hacer el baño maria.

Pues esto se todo! Están buenísimos, buenísimos!!!!! Pero buenos buenos!