Sentada en un banco de la plaza esperando mi
amiga, pasan un grupo de niños. No sé qué edad tendrían, soy muy mala para las
edades, pero creo que rondarían los 11 o 12 años.
Se pararon allí mismo, ante mí y me quedé fijada
mirando como ya desde pequeños, quedan los roles y los estereotipos
completamente definidos. Por desgracia, me atrevería a decir. Casi con un
vistazo, hubiera podido distinguir el líder: el chico guaperas, no
especialmente guapo, pero que va vestido y peinado de forma favorecedora y moderna.
Con los años, estos niños no suelen ser guapos, o al menos, respecto al resto
de compañeros que, con los años, nos hemos puesto las pilas.
Está la típica de “la melena”; es igual si rubia
o morena, tiene una melena lisa, frondosa y brillante, es admirada por eso y
ella lo sabe.
Estaba también la chica que será guapísima, pero
todavía no lo sabe. Y además, de todos, es quien tiene las cosas más claras.
Pero el que más me llamó la atención de este
grupo es lo que estaban comiendo. Algunos comían unos calipos de limón, otros
picaban de una bolsa de chuches y otros algún tipo de bolleria. Aquella
bolleria que de pequeña me volvía completamente loca, y me hacía perder los
sentidos. Mi madre nos la racionaba; sólo se permitía los viernes por la tarde
del calendario escolar. Y no me extraña, ella ya sabía entonces lo nociva que
podía ser para unos niños si se come diariamente. Y empecé a pensar en cómo ha
cambiado mi vida a raíz del inicio del blog y de mi incursión al mundo de la
repostería. Y me pregunto...cuando tiempo hace que no como una de estas
delicias envasadas? Hace mucho tiempos! Porque ya me las hago yo.
Que quiero donuts? Los hago (que por cierto,
estoy esperando encontrar mi superrecepta para colgarla en el blog. Mientras
tanto, estoy de pruebas). Que quiero bollicaos? Pues también! (los mejores que
me comido nunca en casa).
Y mientras pensaba me vino a la cabeza aquel
pastelito que devoraba de pequeña...cómo se llamaba...? Pantera Rosa!
Y sin querer digo el nombre en voz alta. Y
entonces me volvió a pasar. Me volvieron a coger unas ganas locas de encontrar
la receta de la pantera rosa, que después de algunas pruebas, ha quedado así.
Espero que os guste tanto como a nosotros y hagáis la misma regresión al tiempo
cuando le deis el primer mordisco.
BOLLITOS PANTERA ROSA
Para 6 bollos
Ingredientes:
240 gr de harina
2 huevos L (a temperatura ambiente)
220 gr de azúcar
2 cucharillas de levadura
120 ml de suero de leche (buttermilk) a
temperatura ambiente
100 ml de aceite
15 ml de vainilla
Ratlladura de una naranja
45 ml de zumo de naranja
Precalentamos el horno a 170ºC.
En un bol, tamizamos la harina y la levadura y
apartamos.
En el bol de la batidora mezclamos el aceite con
el azúcar y batimos hasta que quede integrado. Añadimos la ralladura y el zumo
de naranja y mezclamos.
Ponemos los dos huevos, uno a uno, batiendo
después de casa uno y después el extracto de vainilla.
Añadimos finalmente la mitad de la harina.
Ponemos el buttermilk o suero de leche.
Añadimos la otra mitad de harina que queda.
Engrasamos el molde con mantequilla y harina o
con spray antiadherent.
Ponemos la masa en una manga pastelera y la
repartimos por el molde, no más de 2/3 de su capacidad.
Horneamos durante 15 minutos o hasta que un
palillo salga limpio.
INGREDIENTES PARA EL RELLENO:
400 gr de nata
70 gr de queso quema (Philadelphia)
10o gr de azúcar glacé
Tamizamos el azúcar glacé.
Montamos la nata. Recordamos que para que nos
salga bien, la nata y el bol tienen que estar muy fríos. Yo pongo el bol al
congelador durante unos minutos.
Añadimos la crema de queso y seguimos batiendo.
Con una espátula vamos incorporando el azúcar
glacé hasta que quede totalmente integrado.
Ponemos el relleno en una manga pastelera con la
boquilla para rellenar. Si no lo tenemos, lo podemos rellenar con un
“descorazonador”, como hacemos con los cupcakes.
Pinchamos tantas veces como queramos.
COBERTURA:
Todo un paquete de Candy Melts de color rosa
2 cucharadas de mantequilla vegetal (yo utilizo
la crisco)
En un bol ponemos los dos ingredientes y calentamos
al microondas, en intervalos de 30 segundos. Vamos removiendo y repitiendo la
operación hasta que todo esté deshecho. Vigilad que no se os queme.
Mojamos los bollos dentro el chocolate fundido.
Vamos arreglando con una espátula.
Echamos sprinkles por encima.
NOTAS:
-Hay unos moldes que son una forma muy parecida a
la de la pantera rosa. Yo no lo tenía, pero este es muy parecido. La máxima
diferencia creo que es la medida. La del mío, creo que es desproporcionada,
pero es el que tenía.
- Recordad que es importantísimo que los
guardemos en la nevera porque el relleno lleva nata. Y con este calor Candy
Melt posiblemente se desharía.
- El suero de leche o buttermilk, lo utilizo
mucho en mis recetas. Lo venden al Lidl pero si no lo tenéis lo podéis hacer
poniendo 250 ml de leche con dos cucharadas soperas de zumo de limón o vinagre.
Lo dejamos reposar sin remover, durante unos 10 min, y ya está preparado.
- El crisco no me gusta mucho utilizarlo en
recetas. De hecho, creo que nunca lo he hecho. Pero los Candy melts son muy
espesos y la mantequilla va bien para poder untarlos con algo más de facilidad.
Aún así, los míos eran tan grandes que me fue imposible hacerlos regulares.
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