Entre abdominales i whoopi pies



En cuanto llegan, ya no se marchan estos. Te descuidas un poquito y empiezan a instalarse.

Al principio empieza todo muy disimuladamente y ni siquiera eres consciente de lo que está pasando. Sabes que en algún momento tú has hecho algo que los ha hecho sentir invitados en tu casa.


 
Y a ellos les falta tiempo y rápidamente se autoinvitan.

En qué momento los hice sentir invitados? Cuando me he ofrecido como anfitriona? - te preguntas cada día.

En realidad son unos invitados que no molestan, poco invasivos y a menudo progresivos pero cómo todo invitado, tiene que marchar. Tiene que ser una estancia limitada porque cuando la supera, el invitado pasa a ser intruso.


 
Cada día los oyes y cada día te van molestando más a la vista. Te incordian cuando te quieres comer algo hipercalòrica, cuando quieres estar toda una tarde estirada al sofá (a pesar de que hace años que no puedo estar ni media hora)...

 


Pero sobre todo, sobre todo molestan cuando te quieres duchar. Llegas, te pones el calefactor, te preparas la ropa, al agua bien calentita... y... Allí aparecen y molestan!

Queréis hacer el favor de marchar? - les pregunto indignada.- Qué tengo que hacer para que os marchéis?

 

Y de golpe, escucho una vocecita, casi imperceptible que me obliga a dejar todo lo que estoy haciendo para escucharla porque no la oigo bien.

- Qué dices? Habla más fuerte? - le digo a esta vocecita lejana. Habla más fuerte que no te oigo!

Y entonces, la voz, ya cansada de mí, me dice:

- Que no comas tanto chocolate chica!
 

 
Y yo que me quedo plantada al espejo, asimilando estas palabras de la vocecita. Que no sé de donde viene.

- Y que no me hagas más esta pregunta, que ya cansas! Y haz el favor de ponerte a régimen en ninguna parte de preguntar siempre el mismo! Es que mira que eres pesada!

Cómo? Pero como te atreves ? Pero tú quién eres para decirme estas cosas?



- Soy tu subconsciente,que ya está más que cansado de que me preguntes. Y que sea la última vez que lo haces, eh!

Encima! Encima tengo que escuchar esto!



Me miro al espejo y me cojo “El Michelin” con los dichos índice y pulgar intentando recordar si el grueso es exactamente el que había hace una semana o ha aumentado. 

Mucho me temo que tal y cómo han ido las cosas...habrá empeorado un poco... Sé que no puede ser...cada entrada del blog, es una comida dulce! Mmmm...y que buena...

No, no, no!, me digo a mí misma. Pero claro, tengo que probarlo antes para poder hacer la receta porque sino, qué? Qué me diríais si os colgara una receta que no está realmente buena? 



Yo lo hago por vosotros, esto de comer cada postre que hago. Digamos que es el sacrificio de una blogger.

Una vez comprobado que el grueso del señor Michelin realmente ha aumentado y que se debe de encontrar cómodo, mi mente empieza a buscar medidas desesperadas.

Primero intento tranquilizarme por la época del año en la que estamos: bueno, estamos a Mayo...a Mayo? Aix que ya me falta tiempo por la operación bikini!



Me vuelvo a mirar al espejo, y cojo la molla; así, en forma de pinza y moviéndola arriba y abajo mientras me pasan por la cabeza todos los dulces que hago, cupcakes, mermeladas, buttercream...y aquella molla arriba y abajo, arriba y abajo.

Centrémonos y hablemos, te parece “Michelin”? Hagamos un pacto: yo dejaré de comer todas las cosas que me chiflan y que curiosamente toooodas engordan y tú tienes que desaparecer enseguida.

Pero enseguida, ok? No vale que yo me esfuerce mucho y tú no te dignes a marchar de mi casa. 


 
A cambio, yo te prometo que te volveré a invitar pasado el verano. Buen trato no? Tú te quedas sin playa y yo sin dulces durante tres meses.

Creo que es justo, sobre todo teniendo en cuenta que has aparecido por aquí sin que yo te hubiera invitado.

Una vez he hablado con él empiezo a planificar. A ver, qué tengo que hacer? Deporte, esto está claro. Pero ya lo hago, juego a volei y no es por decirlo pero suelen ser entrenamientos bastante intensos. 


Pero está claro , quizás lo que falla es el que hago después de entrenar por que cenar una pizza y una tableta de chocolate...pues no, mal, vamos muy mal.

Que comes demasiado? Pues más ejercicio para quemar, no?

Y si me apunto al gimnasio? Podría ir al preparador físico que hay y que le dices aquello de:

- Vengo para bajar los flotadores de la barriga.
O


-        Vengo para sacarme las “cartucheras”. 


Y el pobre chico que te mira y calla pero sientes que sus
ojos dicen “haremos el que podremos...”.

Seguramente cuando llega a casa o va a hacer unas birras con los amigos comenta entre risas y tragos de cerveza que quizás se equivocó de profesión y habría tenido que ser cirujano estético.

Y los amigos le dicen que la gente quiere milagros, sin pensar que más de alguno o alguna de los que están en aquella mesa han pecado de lo mismo.


 

Después de meditar el tema del gimnasio, me informo de las cuotas y miro horarios. 

Sentada en el sofá de casa, una tarde fría de invierno, tapada con una manta de aquellas peluditas que por más que las laves siempre son agradables de tocar, voy haciendo cálculos de las clases a las que podría asistir. 

Miro a través del cristal del comedor, hacia el jardín y veo que empiezan a caer gotas que si las tocara tendrían la temperatura del hielo, que no la consistencia.


 
Y entonces, en medio de aquella estampa, con los pies bien calentitos y con una taza de té en mis manos, me viene a la cabeza una voz, como un eco. Es la voz de mi madre:

- Los gimnasios viven de la gente como tú? Si todos los que os matriculáis fuerais no se cabría.


Me lo dijo hace años y tenía toda la razón. Ella siempre ha sido así, ella no te dice, “no te apuntes que te conoces y tirarás el dinero.”. Ella te deja hacer y te informa. Y cuánta razón tenía.


 
Allí estiradita al sofá hago otro trago al delicioso té y vuelvo a mirar al jardín. Ahora ya llueve más intensamente y pienso “a quien pretendes engañar?”.

Echo los horarios a la basura y voy busca del plano B o C o D. El que sea.

Pasan los meses y se acerca el calor, buen tiempo, vestiditos y bikinis y esto, los publicistas lo saben y también los grandes centros comerciales.

Y aquí viene cuando yo pico a todo.
 

- Contigo el marketing es 100% efectivo- dice Ferran resignado.

Y si, lo asumo y lo acepto, no lo discuto no. Me he comprado las Easy tone para subir culito, la máquina que simula subir escaleras.. y no tengo más cosas porque el pobre Ferran me frena.

- Ahhh mira, una máquina para hacer abdominales sin enterar-te !!!!.

 
- Que no, que los resultados siempre comportan un esfuerzo Neus.- me dice él, que os informo que también es preparador físico.

Quizás si, pero si tuviera esta máquina seguro que cada día haría abdominales sin cesar, seguro! Es que es la máquina que me hace falta! Y Ferran maldiciendo el Decathlon y Teletiendas y todo!


 
En fin, que lo he pensado mejor. Que ya no estoy a tiempo porque se me echa el verano encima y soy feliz así! Y si como un poquito más pues es igual, y porque me tengo que matar a hacer abdominales si soy feliz jugando a volei?

Y quien se puede resistir a este whoopie pie? Au va! Yo no! Y vosotros?


WHOOPIES DE CHOCOLATE CON CREMA DE QUESO Y MERMELADA


Receta de Sarah Billingsley i Amy Treadwell

INGREDIENTES PARA EL BIZCOCHO:

234 gr de harina normal
64 gr de cacao
1 y 1/2 cucharadita en polvo
1/2 cucharadita de sal
76 gr de mantequilla sin azúcar,a temperatura ambiente
60 gr pomada de mantequilla (es Crisco. He leído que se puede sustituir perfectamente por margarina)
208 gr de azúcar moreno
1 huevo L
5 ml de extracto de vainilla
310 ml de leche


Ponemos el horno a precalentar a 190º. Prepara los moldes con spray antiadherent o con mantequilla y harina para evitar que se enganche.

Tamizamos la harina, el cacao, la levadura en polvo y la sal y apartamos.

Al bol de la batidora mezclamos las dos mantequillas y el azúcar a velocidad baja hasta que estén combinados. Incrementamos la velocidad a media y batimos hasta que quede cremoso, batiendo unos 3 minutos. Añadimos el huevo y la vainilla y batimos dos minutos más.

Añadimos la mezcla de la harina que tenemos apartada y la mitad de la leche y batimos a velocidad baja hasta que se incorpore.
Es importante que a partir de aquí vayamos limpiando los laterales con una espátula para evitar que se enganche.

Finalmente añadimos el resto de harina que quede y la leche y mezclamos hasta que esté todo integrado.

Rellena los moldes (nunca del todo sino te quedarán unos whoopies gigantes como mí).

Horneamos durante 10 minutos. Sacamos del horno y dejamos reponer 5 minutos hasta lo podamos sacar.


CREMA DE QUESO:

112 gr de Philadelphia temperatura ambiente
76 gr de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
420 gr de azúcar glas
5 ml de extracto de vainilla

Al bol de la batidora batimos la crema de queso y la mantequilla a velocidad media. Añadimos el azúcar y batimos a velocidad mediana hasta que quede cremós, unos 4 minutos.


MONTAGE:

Ponemos la crema de queso y por sobre echamos mermelada de fresa triturada.


NOTAS:


Recordad que hay que conservarlos en la nevera poruqe tineen crema de queso. El bizcocho quedará un poco más duro pero igualmente rico, rico!

























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CONVERSATION

2 comentarios:

  1. Vaya pinta estos whoppies!!! Se me está haciendo la boca agua de ver las fotos. Besitos

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