Regalo al karma en forma de compota de manzana



- No os levantaréis de la mesa hasta que no os hayáis acabado el plato.

Sentenció mi madre autoritaria. Y por si fuera poco añadía:

- Y todavía queda la fruta!




- Nooo, la fruta noo!!!!  

Pili y yo, mal comedoras de nacimiento, sufríamos un trauma en cada una de las comidas. Quizás para nosotros lo era, para mis padres se convertía en un auténtico calvario.

Y allí estábamos, sentadas en la mesa, cada vez más encogidas o encorvadas, y mordiendo durante laaaargos minutos el mismo trozo de comida. 


Hacia la derecha, hacia la izquierda, arriba, abajo, que si gira, que si tumba y aquella bola cada vez era más grande y más grande y ,más dura y más seca! 

Algo extraño nos pasaba en la boca que convertía un pequeño, más bien diminuto, trozo de carne en una enorme demasiado triturada y seca. Pero enorme, enorme!

Y mis padres desesperaditos, unos padres que nosotros veíamos como crueles e inhumanos que nos hacían comer de todas todas.


- No pueeeedoooo... – decías mientras te escurrías un poco más todavía por la silla.

Creo que no había cosa peor para mí, que un trozo de bistec . De hecho, hoy en día, que soy ama y señora de mi menú, no lo incluyo nunca. Nunca.

Y mi madre, en uno de sus momentos de desesperación en el que ya se acercaba la hora de ir a la escuela y quedaba medio bistec en el plato tuvo una gran idea. 


Tan buena era la idea que pasados los años, la recuerdo como si fuera ayer.

Por mí que pensó, “qué puedo hacer para cambiar el gusto del bistec y que le pase más rápido? A ver...Ah, ya sé!”

Y entonces introdujo a mi boca un trozo de bistec con..con...plátano mientras decía una amenazante:

Y si sacas la bola te la volverás a comer.



Pero esto que es? La mezcla de texturas y temperaturas! Pero, pero....Yo no me veía pero me imagino con aquella bola allí perenne ahora con trozo de plátano por allá flotando, siempre en
la mejilla derecha, con los ojos medio cerrados cayendo incluso una lagrimita de asco.

No come la gente melón con jamón? Pues apa, había nacido una Ferran Adrià e
n casa  Moya!




Pero aquello no era suficiente para ablandar los ánimos de mi madre que la pobre ahora me dice: 


- Tener un hijo que coma coma bien es tener un juguete.

Cuenta la leyenda (mi pobre madre) que en una de mis superbolas se hizo tarde. Era hora de ir a la escuela, y corriendo corriendo me mandó allí.




Cual fue su sorpresa cuando al volver yo traía algo estraño a la boca. Un especie de bola...un chicle?
No.


La bola de bistec. Sí señores, se ve que estuve las dos horas de escuela con aquella cosa en la boca, haciendo caso a mi madre de que la comida no se tira y las bolas de comer no se escupen. 


Buena niña. Aquello ahora, debía de tener vida propia. 



 

Qué lástima no recordar la cara de mi propia madre. Yo seguramente hubiera amorrado la cabeza de la niña a la basura y le hubiera dicho “escupe, escupe” sin ni siquiera mirarla.

Y después tocaba el turno a la fruta, a la tant temida fruta. Y no valía mezclarla con chocolate! Catástrofe. 



Nuestros padres no sabían como hacerlo para que la comiéramos. Primero hacíamos formas con los gallos de las mandarinas; que si una casa, que si un coche...pero ya vieron que aquello no resultaba muy efectivo. 

Hacer figuritas hacíamos, pero comerlas pues ya no.
 

Así que ya veías a mi padre comiendo una tajada de melón mientras decía:

- Mmmmm...qué bueno! Pero que bueno que está!!



 


Y mi hermana y yo lo mirábamos con la boca abierta y, se tiene que decir, un poco incrédulas.

- Anna quieres?
- Ah, pues sí. Ohh! Qué está bueno!

Y entonces mi padre colocaba una tajada de este melón en la mesa, enfrente suyo.




 

- Que nadie me coja esta tajada, eh! Que ahora vengo! Anna vigila que nadie me la coja. – decía cómo si en aquella casa viviéramos veinte personas.

Y cuando los dos marchábamos, mi hermana y yo nos levantábamos deprisa, robábamos la tajada de melón y nos la comíamos!

Objetivo cumplido! 




 

El tema de la comida en mi casa siempre ha sido toda una historia, y reconozco que para mis padres, de las complicadas. 

En casa de mi abuela, los fines de semana no había ningún problema por que siempre había “llepolia”! Solía ser comida igualmente sano pero diferente de la diaria y sobre todo hecha por mi abuela. Allí no hacía falta que nadie nos dijera que teníamos que comer.





Cómo en  las macrocomidas con los amigos de mis padres y sus hijos de nuestra edad. Cómo se debe de hacer en casi todas las casas, sentaban los niños en una punta de la mesa, a menudo en una más bajita. 

Mi padre, gran maniático del orden en la mesa y obsesionado en que nadie empiece a comer antes de que todo el mundo esté sentado:

No comáis hasta que os lo digamos. No se toca nada, eh!





 

Dicho y hecho, mi hermana y yo muy quietas. Ni una 
patatita, ni una olivita. Pero claro, resulta que se ponen a comer y mis padres se olvidan de decirnos que ya lo podíamos hacer nosotros también. 

Así que todo el mundo poniéndose las botas y Pili y yo, mirando y esperando el pistoletazo de salida. Menos mal que al final se dieron cuenta, sino ya no nos quedan patatas!

Si ya se lo digo yo, demasiado buenas os hemos salido, demasiado buenas!




De adultos la cosa ha cambiado y somos buenas comedoras, quizás poca cantidad. Pero es que para mí, la comida es un simple trámite para llegar a los postres, siempre lo diré esto.

Cuando algún domingo vamos a comer a casa de mis padres reconozco que me deleito con la exquisitez hecha por mi padre. Hubiera tenido que montar un restaurante porque no puede cocinar mejor. 



 

Pero una condición sine qua non para comer en su casa es el orden. Él establece un orden al que te tienes que ceñir y no hay más. Primero la crema de no sé qué, pero si resulta que te gustaría ir picando alguna alcahofita....Meeeccc! Error, no puedes.

Si primero va la cucharada de tártar, después la crema, después la carne por que está a la temperatura no sé qué, y el acompañamiento estratégicamente servido, es así y punto.
Todos seguimos un orden, como buenos niños. Cómo siempre, se ve.




Pues para recordar aquellos años y para que si algún día tengo hijos no sean cómo yo, le regalo al pasado unos postres a ver si me compensa mis travesuras en un futuro!
 

Espero que el karma reciba este presente en forma de compota de manzana ideal para ....mezclar con el bistec, eh mama?


COMPOTA DE MANZANA
Receta de All Recipes

INGREDIENTES:


4 manzanas peladas y cortadas en cubos
185 ml de agua
60 gr de azúcar blanco
1 cucharadita de canela

PROCEDIMIENTO:

En una olla mezclamos las manzanas, el agua, el azúcar y la canela. Tapamos la olla y cocinamos a fuego mediano-lento durante 15-20 minutos, hasta que las manzanas estén muy blandas.

Cuando esté frío, vamos aplastando las manzanas con un tenedor o con un triturador.

NOTAS:


La compota de manzana se puede comer poniendola de topping del yougurt, o topping de helado o sandwich de crema de cacahuete con compota, o combinado con bocadillo caliente de pollo....hay mil combinaciones.


Ahora bien, estad atentos a mi propuesta esta semana.

CONVERSATION

8 comentarios:

  1. aix Neus te echaba de menos!! Adoro tus entradas. Siemprellenas de vida, de notas de color.
    Tengo un montón pendiente pero me pongo rapidín al día.
    Que identificada me veo con esta gran historia, de hecho hoy por hoy sigo siendo igual jajaja.
    Besitos Neus

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    1. Aix! Qué guapa eres! No sabes como me alegran el dia tus comentarios!

      Muchos besitos y gracias por estar aquí!

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  2. Hola, que cosas tan bonitas y apetitosas haces. Que post más chulo y vaya fotos guapas. Te he dejado un regalín en mi blog. Si quieres pásate a verlo. Un beso

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    1. Ahhhh!!! Un regalitooooo!!! Allá voy a recogerlo! Mil gracias por tus palabras por que este tipo de comentarios son los que nos dan un empujón para seguir!

      Besitos

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  3. heheh... eres molt bona nena... jo la llençava tan aviat la mare es girava d'esquena!

    Una entrada molt bonica.
    PTNTS
    Dolça

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    1. Jajajaja! Ja li dic jo a la meva mare que massa bones em sortit!

      Gràcies per passar-te per aquí guapa!

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  4. Gracias por tu visita y tus comentarios. Tienes un blog muy bonito y esta receta me trae muchos recuerdos pues fue la primera que yo hice, siendo una cría, en casa de mi madre.
    Besos

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    1. Si? Yo nunca lo había hecho pero es tan fácil y tan rica que la voy a hacer mucho más!

      Gracias por pasarte por aquí guapa!
      Muchos besos

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