De amores caninos, amores incondicionales y cake pops

Ya hace meses que somos uno más en casita. Un pequeñito de 36 kg, peludito, blaquito y más bueno que un trocito de pan. Un peludito clavado a Coulant. Llegó a casa por casualidad y por necesidad, puesto que su familia ha tenido que marchar al extranjero a trabajar por al menos un periodo de un año. La crisis y la necesidad de esta familia nos ha regalado un año de amor, de compañía y de satisfacción.

Y así, de este modo, Frodo apareció en nuestra vida. A menudo, me sorprendo a mí misma mirando el tiempo que lleva con nosotros porque tiemblo de pensar en el día que marche de nuestra casa.


A pesar de que físicamente son clavaditos se pueden diferenciar claramente con el carácter. Coulant más nervio, más activo, más pícaro y Frodo, más bueno...más bueno...es que es la única forma que puedo tener para definirlo. Incluso tiene la mirada de bondad, es más tranquilo, paciente y cariñoso.
 Pero si algo tienen entre ellos es rivalidad. No una rivalidad mala ni de malicia, pero si parece que tengan que competir por todo. Si tiramos dos pelotas a la vez una lila y una roja (las dos les encantan) los dos van a buscar la misma, lucharán por la misma en todo momento, por la lila por ejemplo. Si uno de ellos, finalmente se cansa y va a buscar la roja, el otro dejará la que tenía para luchar por la roja.Son respetuosos entre ellos con todo. A menudo, cuando llegan de pasear hacen cola para beber agua y se esperan pacientemente a que el otro acabe.
Igual pasa con la comida, si damos un trozo de pan, un espera junto al otro a que le toque su momento sin hacer en ningún momento el gesto de quitárselo al del lado.

Y los celos....pues también aparecen, está claro. I....me encantan. Me encanta cuando están los dos durmiendo en el suelo y te acercas a uno de ellos para acariciarlo. El otro, como si tuviera una alarma interna, abre los ojos y se levanta rápidamente para acercar su cabeza y ponerlo allí, bien en medio. Sólo le falta hablar para decirte "yo también, yo también"!
Pero el otro día sucedió una cosa que me dejó muy parada, que no me esperaba. En una de las paseadas por el campo, como siempre Coulant comió algo en mal estado. A saber.
El caso es que estuvo dos horas con vómitos pobrecito, estiradito en el suelo todo el rato. Tan mal estuvo que nos preocupamos bastante. En un momento decidimos sentarnos en el suelo, a su lado, mientras lo acariciábamos. Y Frodo cómo siempre, se levantó y se dirigiódonde estábamos nosotros.

 Pensé que lo tendría que apartar, Coulant no estaba para juegos! Pero no, Frodo sabía perfectamente que Coulant no estaba bien y que nuestra actitud no era la misma de siempre. Así que se acercó y se sentó a nuestro lado, sin incordiar, sólo acompañándonos. A punto de ir a dormir vimos que Coulant subía a nuestra cama; le encanta y cómo que se encontraba tant enfermito lo dejamos mientras nosotros nos lavábamos los dientes.
Lo que vimos cuando salimos, nos dejó impactados. Frodo también había subido a la cama pero lejos de luchar por el lugar, lejos de incordiar a Coulant se estiró a su lado. Su cabeza descansaba sobre el lomo de Coulant que no se podía ni mover. Así, de este modo Frodo le explicaba, le enseñaba a Coulant que estaba allí, que lo acompañaba hasta que se encontrara bien. 
 Es la grandeza de los animales, la humanidad que les falta a los humanos, esta ternura , este sentido que tienen para saber que algo no va bien. La misma que hace que me laman la mano un día que me hace daño la barriga y estoy doblada de dolor en el sofá, la misma que hace que no pidan comer si Ferran y yo discutimos en la cocina, la misma que detecta tristeza, la misma que hace que no salten encima cuando iba vestida de novia; cómo si lo supieran.
Por ellos, por mis pequeños, por los mejores del mundo, por los animales que no te abandonan nunca, por el amor incondicional, por la mirada tierna, por la mirada limpia, por la potita encima de mi pierna, por todo lo que me aportan y por lo que me aportarán....unos cakepops! 

A estas alturas creo que todo el mundo sabe hacer y ha hecho, todo el mundo menos yo! Mira, de aquellas cosas que algún día tienes que hacer pero nunca se presenta la ocasión. Esta llegó cuando tuve que hacer un pastel para el aniversario de Laia y por culpa de hornear con prisas me salió mucha montaña al bizcocho y por lo tanto, sobró mucha cosa. Ignoré las súplicas de Ferran que le guardara para almorzar (pobrecito) y decidí hacer cakepops.
La receta del bizcocho es una de Alma y que ya colgué al blog. Podéis hacer el bizcocho expresamente para los cakepops y así os saldrán más cantidad.

CAKEPOPS DE CHOCOLATE Y FRESA
INGREDIENTES:
CANDYMELTS + SPRINKLES
PALITOS DE CAKEPOPS
BIZCOCHO: esta receta.
CREMA DE MANTEQUILLA:
200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
200 gr de azúcar glacé
amasa de fresa
Al bol de la batidora tamizamos el azúcar, ponemos la mantequilla y batimos primero a velocidad baja y después a velocidad media- alta hasta que quede una masa uniforme. Añadimos dos cucharadas de pasta de fresa y continuamos batiendo hasta que se integren.

MÉTODO:
En un bol desmigamos el bizcocho, sin que queden grumos. Añadimos cucharadas de crema de mantequilla y con una espátula vamos amasando hasta que quede una masa y no se vea la crema de mantequilla. Tiene que quedar completamente integrado.
Cogemos un pellizco de la masa y hacemos una bola (la medida dependerá de cómo queramos hacer la grande el cakepop). Dejamos las bolas en la nevera durante tres horas.
Pasadas estas, fundimos los candymelts. Mojamos los palos a los candymelts y los clavamos a la bola de bizcocho. Volvemos a dejar en la nevera durante media hora.

Pasada esta, mojamos los cakepops a los cadymelts hasta que quede la bola cubierta. Antes de que se enfríe echamos los sprinkles. Dejamos enfriar, clavados a un porexpan