De olas de calor y polos de yogur y fresa refrescantes

Este año, por primera vez en la historia, he dormido con la ventana abierta y destapada. No sé si porque hace más calor que otros años, porque mi cuerpo tiene unos años más (a menudo las mujeres me dicen que con los años, soportan peor el calor) o es todo psicológico. Si que se ve que hay una oleada de calor, pero nada que yo no pueda soportar estoicamente, como ya he hecho en otras ocasiones. Será por oleadas de calor!!!
Recuerdo una que me enganchó en Alicante y cuando todo el mundo parecía morir, Ferran y yo paseábamos alegremente por la calle. El agua del mar estaba caliente, como nunca lo había notado antes. La gente se quejaba y yo estaba encantada de la vida.


No sé, pero incluso Ferran se quedó extrañado cuando en Junio le propuse de sacar el nórdico. No se podía creer que yo por iniciativa propia propusiera aquella “locura” (que para mí, lo era). No se podía creer que en junio estaba durmiendo con una sábana fina sin haber pasado anteriormente por discusiones, chantajes y negociaciones previas.
Cada año era la misma historia y pensábamos que sería así eternamente. Cómo ya le digo en algunas ocasiones:
- Ni yo te convenceré a ti ni a tú a mí; por lo tanto, no vale la pena discutir.
Pero parece que la teoría es perfecta; una perfección que a la realidad no funciona en absoluto. 

Al final nos plantábamos en San Juan, todavía con el nórdico y Ferran bastante enrabiado al levantarse. Claro que él no se tapaba pero la radiación del calor le debía de afectar. Y esto que estamos hablando de Ferran, el hombre más friolero de la historia!
Así que ahora él está encantado con mis nuevos hábitos “caloriles” y yo parece que toda la vida haya dormido con la brisita de aire de la ventana. Y he descubierto una cosita deliciosa en esta casa.
Hace dos años que vivimos y no lo había sentido. Dormir con la ventana abierta hace que puedas escuchar los grillos, un sonido que me recuerda a mi infancia y que me sumerge en un sueño reparador y agradable.
Como friolera que soy, no tengo aire acondicionado en casa.

Y como buena friolera que soy, no me importa hornear en verano. Nada; en absoluto. Bueno, tengo que decir que en ocasiones, sobre todo cuando lo hago a mediodía, el calor del electrodoméstico me sobrepasa pero cuando esto pasa, casi siempre he acabado de hornear y después sólo queda el gran placer de comérselo.
Porque sarna con gusto no pica y porque cuando a una le gusta hornear, no puede evitar hacerlo, haga el tiempo que haga.
Pero estos días, ya he dicho que estoy especialmente calurosa, incluso me he bañado en la playa (cuando normalmente lo hago en agosto). Si a esto le sumas el super regalo de aniversario de mi maridito, que los que me seguís en las redes social, ya sabéis de que va. Y por los que todavía no lo habéis visto, os informo que parece que mi maridito ya sabe captar las indirectas y sabe donde comprarlo. Me ha regalado la heladora de la Kitchen Aid, y moldes para hacer polos!

 No es genial?
Así pues, os dejo con la mejor receta de polos que he hecho. Bueno, una de las mejores porque hay tantas!!!
Lleva yogur, fresas y un toquecito de limón! Espero que os gusten tanto como mí y a mi abuela, que ha difrutado como una niña! Es que me encanta verle aquella cara de ilusión cuando entro a su casa con algún dulce a la mano! Es encantadora!

POLOS DE YOGUR Y FRESA
Ingredientes para 6 polos
120 gr de azúcar
150 ml de agua
350 gr de yogur griego
2 cucharadas de sirope de arce(en el supuesto de que no tengamos, se puede sustituir por dos cucharadas de miel)
ralladura de medio limón
12 fresas

En una olla ponemos el azúcar y el agua y calentamos hasta que el azúcar quede totalmente diluido. Apartamos y dejamos que se enfríe.

En un bol mezclamos el iogur, el sirope de arcey la ralladura de limón. Cuando el almíbar esté templedo lo añadimos al bol y removemos bien, hasta que quede todo integrado.
Preparamos los moldes, ponemos los trozos de fresa adentro, hasta que nos quedamos a un dedo del la altura del molde, aproximadamente. Añadimos el líquido con cuidado.
Tapamos con los palos del molde y ponemos a congelar. Unas 5 horas suelen ser suficientes, a pesar de que yo siempre lo intento hacer con algo más de antelación.


NOTAS:
- Para mi gusto encuentro que queda mucho mejor poner los trozos de fresa al molde y después llenar el líquido. En cambio hay gente que prefiere mezclar los trozos de fresa con el líquido y seguidamente llenar el moltlle. Lo podéis hacer como queráis, todo está permitido. A mí me gusta más la primera forma porque controlo el número y la disposición de trozos de fresa que habrá en cada molde.

- La cantidad de fresas es muy variable. Las mías eran muy pequeñas y a mí me gusta poner todo el molde lleno para que una vez hechos los polos, queden muy repartidas.
- El molde de los polos, como muchos, traía sus palos de plástico y de color verde que a mí no me gustan nada. Tenía una caja con palos de madera, que me gustan mucho más así que los he utilizado. Es un poco cutre pero tampoco lo tiene que ver nadie. He cubierto la superficie con papel de plata y he clavado los palos, antes de ponerlo en el congelador. Pero esto va a gustos.

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2 comentarios:

  1. La de recetas buenas de polos que estáis haciendo y yo sin moldes ni nada... tengo que comprar!! Buenísima receta.

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    1. Hola guapa! Pues yo me encotraba igual que tu cada verano.Y al final pasaba sin los moldes! Pues ahora no puedo vivir sin ellos!! Ya verás!

      Muchos besitos y gracias por pasarte!

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