Viejos tiempos con donuts de caramelo de canela




El otro día viví un momento memorable. Si, si, memorable. Nada de aquellas cosas importantes que te cambian la vida, pero sí aquellas que te hacen volver por unos instantes a la vida de antes.
Y si esto pasa alrededor de estos donuts con caramelo de canela, pues ya se convierte en una tarde perfecta. Con los años todo cambia, las amigas cambian, los trabajos, las circunstancias y todo lo que nos rodea, cambia; y a menudo a velocidades vertiginosas que hace que ni nos demos cuenta. 


 Uno de estos días, celebrábamos un aniversario de un amigo. Estábamos todos, los de siempre reunidos en casi siempre la misma casa. Éramos los mismos, íbamos vestidos cada cual como le es característico, charlábamos del mismo modo y utilizábamos casi las mismas expresiones de hace dos años atrás.
Pero lo que había cambiado radicalmente eran los temas de conversación y un griterío ambiente que nos acompañaba en todo momento.
Este griterío se debe de a las criaturas que recientemente han formado parte de nuestra pandilla. Unos gemelos de 6 meses, un bebé de 11 y un niño de 3 años hacen que las conversaciones se interrumpan continuamente, que las miradas no estén fijadas en el interlocutor sino que hay un ojo 

que se fija en los niños, comprobando en todo momento que estén bien.
Cuando caminan porque no caigan en un mal lugar, o porque no caigan, simplemente. Los bebés de repente lloran, cuando menos te lo esperas y el mayor, a menudo ve que ha dejado de ser el centro de atención y sus actitudes pretenden demostrar que todavía no está en el olvido.
Un guirigay que hace difícil de mantener una conversación larga (me refiero a más de 3 minutos seguidos), coherente y de algún tema que no sea "de ellos mismos".
Y pobrecitos, ellos no se libran de nosotros. Que si uno lo coge en brazos, que si el otro le hace caricias, que si nos acercamos a sus pequeñas caras mientras con una voz especialmente aguda les decimos que son los más guapos del mundo.. Van de brazo en brazo, de beso en beso y de abrazo en abrazo; es que quizás no lo aguantaría ningún adulto!


En un momento, tipo milagro, se durmieron. Los gemelos ya es normal que hagan pequeñas cabezadas pero es muy extraño que los otros dos coincidan a la hora de descansar. Pero el milagro pasó y así estábamos todos, sentados en la mesa, hablando en voz baja ante unas tazas de café, con la mayor de las tranquilidades. Al cabo de un rato y todavía no sé como, estábamos las cuatro amigas sentadas-tiridas en el sofá, unas apoyadas sobre las otras, con una copa de cava en las manos y charlando entre risas.



 

Y sí, empezamos a charlar de nuestras cosas, de las cosas de siempre. Empezamos a hablar de tiendas online, de tiendas físicas, de regímenes que nunca haremos, y de planificar noches de "juerga" que posiblemente tampoco cumpliremos nunca. Hablamos de recuerdos de fiestas, de recuerdos de ex- parejas y de fracasadas nuevas parejas y de la época de estudiantes. Y aquel rato, aquel instante de regreso al pasado me hizo muy feliz. Viajar en el tiempo donde no había preocupaciones más que las fechas de los exámenes, me rejuveneció por unos instantes.
No sé si ellas se dieron cuenta, pero a mí me regalaron un momento fantástico de nostalgia. Será el efecto de estos donuts tan deliciosos el que provocó aquellos momento?
Pues ya sabéis, sólo os queda probarlos! Dejaréis a todo el mundo con la boca abierta.

DONUTS CON CARAMELO DE CANELA

Para unos 10 donuts
Ingredientes para el caramelo de canela:
85 gr de mantequilla
2 cucharillas de canela en polvo
70 gr de azúcar moreno
1 cucharilla de leche
1 cucharilla de maizena
1 cucharilla de extracto de vainilla
 

Ingredientes para la masa del donuts:
200 gr de harina
110 gr de azúcar
2 cucharillas de levadura en polvo
1/4 de cucharilla de sal
1/4 de cucharilla de nuez moscada en polvo
1 huevo
125 ml de leche

Precalemtamos el horno a 180ºC y untamos el molde de donuts con mantequilla o con spray antiadherent.
Para hacer el caramelo: En una olla ponemos la mantequilla hasta que se deshaga. Cogemos 4 cucharadas soperas y las apartamos en un bol.
En la olla donde queda el resto de la mantequilla añadimos la canela, el azúcar moreno, la leche, la maizena y el extracto de vainilla. Removemos y calentamos hasta que esté todo disuelto. Ponemos dos cucharadas soperas de la mezcla al molde de los donuts, asegurándonos que toda la superficie queda cubierta.

Para hacer la masa de los donuts: ponemos el huevo y la leche al bol donde teníamos las 4 cucharadas de mantequilla apartadas. Añadimos la harina, el azúcar, la levadura en polvo, la sal y la nuez moscada y batimos, a velocidad baja. Llenamos el molde por encima de donde antes estaba el caramelo, no más de los 2/3 de la capacidad.

Horneamos durante 8 minutos o hasta que un palillo salga limpio. Al sacar del horno dejamos enfriar durante unos minutos y desmoldamos encima de una rejilla.

NOTA:
* A mí me va parece demasiada canela, teniendo en cuenta que es un gusto que me satura bastante. Pero esto va gustos!

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